La ropa debe ser humilde, pero lo que no se admite es que esté sucia. Es decir, vestir una prenda sencilla, simple y barata, si se hace con estilo puede transmitir una imagen de máxima elegancia, mientras que un traje muy caro sucio y descuidado transmite que quien lo porta es una persona descuidada y con poca higiene personal.
Se debe intentar evitar el deterioro de la ropa, cuidando su conservación.
Es importante llevar la ropa correctamente planchada, ya que las arrugas son indicativas de una cierta dejadez, al tiempo que llama negativamente la atención.
Es importante tener en cuenta que hay que vestirse de acuerdo con las circunstancias de cada ocasión.
Normas prácticas de carácter general:
La oportunidad o inoportunidad de nuestra ropa transmitirá mensajes de poca o mucha adaptación social. En este sentido quien acude a un lugar correctamente vestido suele transmitir seguridad y soltura en sí mismo.
Todas las prendas llevan implícita alguna intención y en este sentido es importante vestirse se acuerdo con la impresión que queramos transmitir.
Los modelos, diseños y colores no están pensados para todo el mundo, en este sentido conviene que el vestuario sea el más adecuado a la edad que tenemos y las características de la figura. Es preferible no llamar la atención y recurrir a colores más bien neutro y líneas sobrias, para tener más posibilidades de acertar. Los colores deben ser lo más clásicos posibles, y su gradación se realiza utilizando los colores más claros para la mañana, los intermedios para la tarde y los más oscuros para la noche, siendo estos últimos los más favorables.
En el ámbito del trabajo no se lleva vestuario informal, salvo que éste sea el estilo de la empresa. Lo mejor es mostrar una imagen prudente o conservadora, en definitiva no llamar la atención.
Los complementos deben armonizar con el conjunto, ya que a veces se puede echar a perder un traje por combinar mal este tipo de detalles.
Si una invitación no informa sobre la etiqueta para el acto, es recomendable llamar por teléfono a pecar de exceso o defecto de etiqueta.
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